¿Se puede cambiar una bombilla con el interruptor encendido?

Si está leyendo esto, probablemente tiene una bombilla fundida y no sabe si el interruptor está encendido o apagado. No le culpo. Cuando reemplazamos una bombilla fundida, no hay manera de saber en qué posición dejamos el interruptor. Tenemos un 50% de posibilidades de haberlo dejado encendido.

Cambiar una bombilla mientras el interruptor está encendido es peligroso. Los riesgos que corremos al sustituir una bombilla encendida van desde un posible estallido del cristal, quemarnos o incluso recibir una descarga eléctrica si toca accidentalmente el portalámparas.

Peligros eléctricos al cambiar la bombilla encendida

Si todo estuviera cableado correctamente, desde el punto de vista eléctrico, debería ser seguro cambiar la bombilla aunque estuviera encendida. La forma en que están construidas las lámparas hace que sea difícil recibir una descarga eléctrica accidentalmente.

La única forma de recibir una descarga eléctrica con el portalámparas es si se meten los dedos dentro. Si bien que pase esto es poco probable a no ser que lo intentes, no es imposible. Los accidentes ocurren.

La única forma de resolver este problema es dejar de alimentar el circuito de iluminación de la casa.

Por ejemplo, las casas típicas españolas tienen 5 circuitos principales de los que el primero (C1), está dedicado exclusivamente para la iluminación. No tiene por qué dejar toda la casa sin tensión para cambiar una bombilla. Simplemente baje el interruptor automático del circuito de iluminación.

cuadro eléctrico 5 circuitos

Para comprobar que hemos bajado el interruptor correcto puede probar a encender la luz en otra habitación, si ésta no enciende, lo hicimos bien.

Actuando así no solo dejamos de alimentar el portalámparas en cuestión, sino que además, disponemos de los enchufes de la casa para conectar una lámpara de mesa, flexo o similar para alumbrar la zona donde queremos cambiar la bombilla.

Por último, debe informar a todos los habitantes de su casa de lo que está haciendo y decirles que no suban bajo ninguna circunstancia el interruptor automático bajado.

Quemaduras con la bombilla caliente

La bombilla suelen ser esféricas y estar hecha de vidrio o plástico, que son materiales muy aislantes, pero que retienen el calor por un tiempo determinado.

El mayor riesgo que se corre al cambiar una bombilla es el calor. Una bombilla incandescente de 100 W puede alcanzar una temperatura superficial de 168°C , que puede causar quemaduras graves si se toca con las manos descubiertas mientras está encendida o recién apagada.

Sin embargo, hay bombillas que generan mucho menos calor, siendo el principal ejemplo los LED, aunque eso no quiere decir que los LED no produzcan un calor significativo.

Los LEDs más potentes, en su base, pueden alcanzar hasta los 80 grados centígrados. De modo, que también debemos cerciorarnos que la bombilla está fría antes de tocarla.

Con todo esto dicho, simplemente asegúrate de dejar que la bombilla se enfríe antes de retirarla. Igualmente, use guantes o algún trapo para estar 100% seguro de que no se quemará.

Riesgos de rotura de la bombilla

Una de las cosas más comunes que pueden ir mal al cambiar una bombilla es que esta se rompa al intentar desenroscarla.

Si la bombilla lleva mucho tiempo en la base portalámpara y el ambiente de la habitación fue demasiado húmedo, el casquillo puede hacerse oxidado. Al intentar girar la bombilla con fuerza, podemos acabar rompiendo el fino vidrio y cortarnos con los cristales.

Por ello, es recomendable usar siempre guantes y gafas al cambiar las bombillas. ¿Suena demasiado dramático? Créanme que “es mejor prevenir que curar”.

Otro de los momentos en los que el cristal de la bombilla podría romperse es al instalarla con el interruptor de la luz encendido. En este caso puede producirse una pequeña explosión que enviará los cristales en todas direcciones. Los principales motivos son estos:

Conexión suelta en el casquillo

Una conexión suelta entre la bombilla y el casquillo puede ser una razón por la que la bombilla explote.

Una conexión floja hace que la electricidad salte a través del contacto en lugar de fluir a través de él. Esto puede hacer que el portalámparas se sobrecaliente, lo que puede hacer que la bombilla se funda o explote.

Vatios de la bombilla mal ajustados

Puede que no sepa que los aparatos de iluminación están diseñados para funcionar con bombillas de una determinada potencia. Si una bombilla sobrepasa el límite de potencia del aparato, éste puede sobrecalentarse, con el consiguiente riesgo de que la bombilla explote.

Aceite de las manos

Cuando tocas una bombilla con las manos, probablemente no consideres que el aceite de tu piel puede hacer que una bombilla explote. Las bombillas halógenas son especialmente sensibles a la grasa de la piel.

Cuando se enciende una bombilla halógena, el aceite que deja en la superficie se calienta y crea un punto caliente. A medida que el aceite sigue calentándose, pueden empezar a aparecer grietas, lo que puede provocar una fuga de gas de la bombilla.

Factores externos

Aunque ya hemos indicado los factores más importantes y peligrosos, todavía hay algunas cosas que uno debe tener en cuenta.

Una de ellas es simplemente hacerlo de forma segura. Con esto no me refiero a hacerlo con una técnica determinada ni nada por el estilo, sino a la seguridad laboral en general.

El principal riesgo está en la escalera que se utiliza para cambiar una bombilla. Al conectar la nueva bombilla con el interruptor encendido, la bombilla se iluminará inmediatamente y podemos ser deslumbrados y caer.

Nada que decir de la gente que le rodea. Puede ocurrir que alguien derribe la escalera por accidente y usted acabe en el suelo. Haga lo posible por mantener a la gente alejada durante la operación, a excepción de una persona que le ayude a sujetar la escalera.

Si quiere aprender un truco para cambiar las bombillas de lámparas empotradas, haga click aquí.